martes, 16 de febrero de 2016

Todos hablamos de violencia


Hoy pasó algo que me hizo enojar mucho, me hizo sentir triste, decepcionada y frustrada. Tal vez no sea objetiva escribiendo esto y tenga errores de redacción, pero les pido que entiendan que es debido a la situación que acaba de pasar.
Aproximadamente sucedió entre 10:50-11:05, aunque para mí se sintieron como horas.
Estaba bajando las escaleras, saliendo de mi clase y a punto de ir a la otra. En las escaleras vi a una pareja.
El hombre la tenía pegada a la pared, con los brazos contra la pared, evitando que ella se moviera, tenía su cara muy cerca de la de ella, hablándole muy feo, fuerte y su posición física parecía indicarme que quería golpearla. Dudé, no sabía si acercarme, pero ella se veía muy asustada y no podía dejarla sola. Me acerqué cuidadosamente y le hable directamente a la chava.
—Hola, disculpa, ¿estás bien?, ¿necesitas ayuda?
Sin esperarse un segundo, el idiota (así me referiré a él) dijo "estamos bien, estamos discutiendo problemas de nuestra relación, es personal." A lo que le dije "disculpa, ella no parece cómoda y quiero que ella me contesté" y me volví a dirigir a ella, "¿estás bien? " Y ella me respondió:
 — No, no estoy bien, muchas gracias por acercarte, de verdad, no me quiere dejar ir.
 Él dijo me dijo que los dejará, que estaban arreglando un asunto y que no me metiera. Lo ignoré y le dije a ella que si quería venir conmigo, ella me dijo que no había manera que el idiota la dejará ir, pero repetí la pregunta.
— Tal vez no te deje, pero ¿quieres?— No me la quería llevar contra su voluntad.
Inmediatamente me dijo que sí y trató de agarrar mi mano, énfasis en el "trató".
Yo de verdad esperaba que el idiota la dejará ir, que le diera miedo hacer un escándalo, pero no pude haber estado más equivocada. La agarró fuertemente de los hombros y le dijo que no se iba a ir. Me volteó a ver, horrible.
— Vete, es un asunto de pareja.
Le dije que la dejará ir conmigo e intenté llevármela otras dos veces, jamás funcionó. Cada intento el idiota se ponía más agresivo, con ella y conmigo.
Ella me seguía agradeciendo, me decía que si quería la ayuda y que estaba muy frustrada que ninguno de los hombres que pasaban se acercarán a ayudarla. Yo pensé que se debía a que igual para ellos era una discusión normal entre pareja.
Cuando el idiota se empezó a poner más agresivo, supe que necesitaba pedir ayuda.
No había nadie de seguridad a la vista, pero pasaban muchas (de verdad muchas) personas por las escaleras. Logré parar a un grupo 6 de chavos, pero el resultado fue increíblemente decepcionante. Cuatro nada mas se nos quedaron viendo, en lo que dos de sus compañeros se acercaban. Uno se dirigió al idiota, y le dijo "¿todo está bien?" A lo que él respondió "si, todo está bien, estamos teniendo problemas en nuestra relación" y esa respuesta le bastó, ni siquiera volteó ver a la chava y se fue. El segundo le dijo a la chava que si necesitaba ayuda. El idiota la volteó a ver, asustándola, ella no contestó. Me dijo entonces el segundo, "no puedo ayudarla si no dice nada". Y se fue.
No mentiré, ahí me quebré, procuraba no llorar pero las lágrimas empezaron a salir, me sentía enojada con los que no ayudaban e impotente por no poder ayudarla sola.
Para ese momento, sólo estaba procurando que ella no saliera lastimada, puse mi brazo entre él y ella, mientras ella le decía al idiota que le diera su celular y la dejará ir.
Pasaron segundos, largos.
En eso, vi a mi maestra (de la clase que acababa de salir). Y grité su nombre, con un "por favor, ayuda".
Claro que cuando el idiota vio que era una maestra, se alejó inmediatamente.
La maestra preguntó al pendejo (subió de categoría).
—¿Qué está pasando aquí?
 Él dijo que nada, que estaban teniendo problemas de relación y solo quería 5 minutos para hablar con su novia.
La maestra volteó a ver a la chava y le preguntó que si ella quería hablar. Inmediatamente ella dijo que no, que sólo quería su celular e irse. La maestra, le dijo al pendejo, "no quiere escucharte, entonces aunque lo intentes no te hará caso, porque mejor no le hablas cuando estés más tranquilo". Y él repitió que sólo quería 5 minutos y que era algo personal. Y la maestra dijo "sí y a mí no me importa de qué se estén peleando pero ella no quiere hablar, también, por qué mejor no le devuelves el celular". El pendejo dijo "aa si si, claro, ya se lo iba a devolver, es que me lo dio" y la chava dijo "no te lo di, me lo arrebataste".
El pendejo trataba de justificarse, "no la agredí físicamente" a lo que ella dijo.
 — Claro que sí, me jalaste y empujaste hace rato para hablar conmigo.
La maestra le dijo al chavo finalmente, "bueno, pues ya si estás más tranquilo después y ella quiere hablar, hablaran, pero ahorita no quiere entonces ya, sepárense y váyanse."
Y así acabó, o bueno, no realmente.
La chava me agradeció nuevamente, diciéndome que si no hubiera sido porque me paré no sabe qué habría pasado y que estaba muy enojada de que nadie más se paró a ayudarla. El pendejo se fue, viéndonos horrible, obviamente. Sé que jamás olvidaré su cara y sinceramente, me da mucho miedo encontrármelo. Y me siento impotente, de no haber hecho más por ella, de que no se me hubiera ocurrido en el momento pedirle su nombre o teléfono y denunciar lo sucedido, o de haberla acompañado a su salón. Me siento agotada emocionalmente y jamás pensé que presenciaría algo así, mucho menos en la Ibero, pero sobretodo, no puedo creer que nadie haya ayudado.
Fueron sólo 15 minutos, pero en esos 15 minutos quién sabe que le pudo haber pasado a la chava, y a otras muchas personas en el mundo que están viviendo violencia en sus relaciones.
Ella quería ayuda, pero no sabía pedirla, tenía miedo. Algunas personas no se quedan en relaciones así porque quieren, sino porque no ven de otra, porque le tienen miedo a la otra persona. Muchos piensan que no importa, que basta con terminar la relación, pero a veces no basta. Existen las personas que necesitan ayuda, como ella y yo hoy. No basta con ser "fuerte" porque yo traté de serlo hoy, y apenas conseguí algo.
Es algo que presencié hoy, pero que pasa todos los días y finalmente me di cuenta, que no es un problema lejano a mi, ni a nadie.
Todos hablamos de violencia, es un tema recurrente y todos pretendemos enfrente de nuestros pares que si nos tocará ver una situación así, ayudaríamos. Es muy fácil hablar pero lo verdaderamente difícil es actuar.
Les pido, no se callen por favor y no tengan miedo a ayudar.

viernes, 12 de febrero de 2016

Gracias al tiempo

Abrazas a esa persona por una última vez sólo porque quieres saber. En ese abrazo te das cuenta, de que ya no sientes nada, y es una tristeza que alivia.
Es triste porque alguna vez lo sentiste todo con sus brazos rodeándote, porque te despegaba de la tierra y te hacía olvidar todas tus preocupaciones, porque el amor calentaba el cuerpo frío y alimentaba el corazón, y sientes las lágrimas acumulándose, de que no hay nada, por lo menos no con esa alma, pero, es un alivio. Aliviada o aliviado de ya no tener que lidiar con el peso del amor, porque podrás dejar ir esa ilusión o exageración que llenaba tu mente cada noche, porque al respirar ya no dolerá saber su nombre ni haber compartido un tiempo, al final, ya no es su mente la que te mantiene alerta, pero te volverás a encontrar con ese tipo de abrazos, lo sabes y eso te alivia.