Dios y su amor
igualitario
Laura Miriam Rivera
Guerrero
"No puedo hacer nada sin temor a
quebrantar una ley bíblica. Antes de atreverme a inspirar o exhalar, me veo en
la necesidad de repasar mentalmente una larga lista de reglas" (Jacobs, 25)
J Jacobs en su libro "La Biblia al pie
de la letra", propone que seguir todas las reglas de la Biblia llevaría a
una vida dictada por leyes irracionales y a estar en el mundo de lo ridículo.
Su texto relata el intento por vivir un año sin romper ninguna de las leyes
dictadas por la Biblia, un esfuerzo
fallido. ¿Será por qué esas reglas son muy difíciles, o por qué él no tenía la
fuerza de voluntad suficiente? No, fue porque esas normas surgieron en
diferentes contextos, fueron escritas por diferentes autores, son incongruentes
entre sí, varias no coinciden con nuestra ética actual y muchas otras son
imprácticas.
Pero lo que sí pudo haber hecho el autor,
es tener una vida digna y encaminada hacia Jesús como modelo sin necesidad de
seguir todas las leyes. Pero, ¿a qué me refiero con esto y para qué se los digo?
Recientemente se han hecho las marchas por
la familia en México. Marchas que plantean que la familia natural se conforma
con un hombre y una mujer, y si acaso, sus hijos. Marchas que están lideradas
por personas religiosas, principalmente cristianas, que aunque tratan de
utilizar argumentos "lógicos" o científicos, no pueden evitar
utilizar la excusa de la religión. Entre sus argumentos se encuentra el relato
de Adán y Eva y los tres versículos que
hablan de homosexualidad, tres versículos de aproximadamente 31,103 versículos, dependiendo de la versión
de la Biblia. Pero a estas personas se les olvida la ley más importante, la más
relevante que ilustraré con los siguientes dos versículos.
Corintios 8. Versículo 1-3
“Hablemos de la carne sacrificada a los
ídolos. Todos, por supuesto, hemos alcanzado el saber; pero el saber infla al
hombre mientras que el amor edifica. El que cree que sabe algo, es que no sabe
todavía qué es conocer, pero si uno ama, éste ha sido conocido por Dios.”
Juan 15. Versículo 12
“Este es mi mandamiento, que se amen unos a
otros como yo los he amado.”
El mensaje realmente importante en Dios, en
Jesús, es el amor al prójimo. El amor es el que construye la Iglesia y el
elemento verdaderamente necesario para ser una persona de bien y religiosa.
Pero hay personas que aún no lo comprenden, que consideran los mensajes
bíblicos más antiguos y punitivos como los mensajes de salvación.
Juan 10 Versículo 7-10:
"En verdad les digo que yo soy la
puerta de las ovejas. Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y
las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que entre por mí estará a
salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento. El ladrón sólo viene a robar,
matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en
plenitud."
El Nuevo
Testamento, por el que yo rijo mi vida, es el cambio y la corrección de
lo dicho en el Antiguo Testamento. La transformación de un Dios castigador a un
Dios padre que ama a todos sus hijos y que desea que todos sus hijos amen a sus
hermanos.
En una entrevista que le hice a una mujer
que iba en la Marcha Por La Familia, me decía que no estaba en contra de los
homosexuales y que no los consideraba menos, pero no creía que debían casarse.
¿Por qué?, porque ellos no son como ella ¿pero qué clase de hermano amoroso desea
separar a su hermano de su felicidad sólo porque no lo entiende?, todos somos
diferentes y creaciones perfectas. Jesús trataba a todos igual, a las mujeres y
a los niños, que en su época eran considerados personas de segunda clase, a los enfermos y a
los de otra religión. Para Él, nadie era menos, ni merecía menos. Todos podían
sentarse a la misma mesa, a comer lo mismo. Hacer al otro menos no tiene
relación con la fe, tiene relación con el pensamiento retrógrado y el poder.
Corintios 13. Versículo 4-9:
"El amor es paciente y muestra
comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con
bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo
malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a
pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca
pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no
servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y
nuestras profecías también son algo muy limitado."
Esos versículos tal vez no sean muy claros,
pero intentando hacer una interpretación adecuada, así como es el amor, así
debería ser la persona cristiana o católica. Un ser humano que no envidia al
otro, que no presume de lo que tiene, que no es egoísta y que no es partidario
de las injusticias.
El cristiano verdadero es el que no escucha
lo que se dice entre el odio y la mentira, el que no requiere de un sacerdote
diciéndole lo que está bien y lo que está mal, el cristiano es el que sabe que
Jesús caminó en la tierra para mostrarnos la senda hacia la luz, el cristiano sabe
que Jesús se sacrificó por sus ideales, sabe que Jesús murió porque consideraba
a todos como iguales y se rehusó a tratar a alguien diferente, porque amaba a
todos y como él, todos deberíamos considerar al otro como un igual, y estar
preparados para defender esa idea.
Entonces, ¿por qué les digo que podemos
tener una vida encaminada hacia Jesús? Y que esa vida no está llena de leyes
absurdas.
Porque ese camino no es lo que se ha
llegado a pensar, no es un camino de intolerancias ni uno donde es correcto
odiar al prójimo o de quitar la oportunidad de vivir como quiera. El verdadero
camino es el que señala el amor, a pesar de las diferencias, es el que afirma
que no tienes que ser como el otro para considerarlo igual.
Y, ¿para qué se los digo?
Para que la próxima vez que escuchen a un
“católico” o a un “cristiano” proclamar que el otro no merece lo mismo que
ellos por su orientación sexual, sepan que no están hablando con la verdad de
Jesús, y si lo desean, pueden cuestionarlos y mostrarles el camino que Dios
pretendió señalar con el ejemplo, el del amor y la aceptación. Aunque deben
saber antes de emprender esa tarea, que no será sencillo.
Bibliografía:
A.
J. Jacobs. La Biblia
al pie de la letra. Primera ed. Barcelona: Bailén. 2008.
Biblia
de Jerusalén. Escuela Bíblica y arqueológica de Jerusalén. 2014.
Finalmente, los invitó a ver un video que realizaron una comunidad de jóvenes de la iglesia San José del Altillo respecto a este tema:
https://www.youtube.com/watch?v=vr5mVQJTxjs