lunes, 13 de abril de 2020

Su nombre es Dolor


Es la relación más larga que he tenido. Su nombre es Dolor.
Estoy segura de que conozco a Dolor desde el día que nací. Me han dicho que era un día lleno de rayos y lluvia, que yo lloré y lloré mucho.
Yo creo que desde entonces Dolor decidió vivir conmigo y conforme va pasando el tiempo, me ha hecho su hogar.
Dolor no siempre ha sido constante y en realidad a Dolor le gusta aparecerse de sorpresa y de distintas maneras. Cuando era pequeña Dolor aparecía mucho cuando me caía, en las rodillas raspadas, en mi cara con cortadas, en mis manos lastimadas. En mi adolescencia Dolor apareció en forma de un primer abuso. En forma de un primer noviazgo. De una amistad. Se manifestó en mis cambios físicos y en mis sentimientos de inadecuación con todo lo que me rodeaba.
Dolor decidió demostrarme que no me quería dejar. Me visitó de nuevo cuando falleció un familiar y desde entonces no ha dejado mi lado. En la muerte Dolor se encuentra muy presente y en mi vida la muerte es recurrente.
Aprendí lo fácil que es que el Amor se encuentre con Dolor, lo fácil que es que conecten en el camino. Lo fácil que a través del Dolor, Amor realmente es Violencia.
Dolor conoce a mi familia, amistades y pareja; pero en vez de rechazarlas, Dolor les abraza. Dolor también sabe llegar a mi gente querida, también les acompaña; pero Dolor también ha sabido transformar a mi gente querida en puertas de entrada para su visita, por lo que he visto a Dolor con muchas caras y muchos nombres.
Hoy Dolor se regocija porque sabe que no le puedo olvidar. Sabe que ya está muy adentro de mí. En cada lágrima, en cada ataque de pánico, en cada escalofrío, Dolor sabe que yo soy su lugar.
Lo que Dolor no sabe es que ya me cansé. Lo que Dolor no sabe es que ya no puedo más. Lo que yo no sé es cómo deshacerme de Dolor.

viernes, 3 de abril de 2020

Tal vez es una Oda

Escrito el 19 de mayo del 2015.



Laura Marta Guerrero Guadarrama
Humberto Othón (o Humbertón) Rivera Navarro
Esto, tal vez, es una Oda.

Padre y madre de alegría infinita,
Padre y madre que se encuentran en sintonía,
Que con sus conocimientos me llevan a otros mundos,
Que con su vida han protegido la mía.
Agradecer es poca cosa,
Amarlos no es suficiente,
Y pasaré toda mi vida deseando poderles dar lo que me han dado.
Ustedes héroes del mundo real,
Más fuertes que Aquiles,
Más sabios que Atenea,
Y tal vez, más temidos que Zeus,
Son genios de la nueva era,
Criados en la vieja escuela.


Los quiere su hija, a la que más quieren, Miriam.