viernes, 27 de marzo de 2020

Nos veremos pronto

Hace 7 años falleció una de las mejores personas que he conocido. Aunque ya no existe duelo, no significa que no exista dolor. Hoy encontré un texto que le escribí 3 días antes de que falleciera, con la esperanza de que fuera a sobrevivir.








Tú que me aceptaste, que me nombraste ahijada, que me llamaste sobrina. Tu señor de la empatía y corazón alegre. Imaginemos un tiempo donde yo era pequeña y te miraba hacía arriba, un tiempo donde eras un gigante con sombrero de chef y sonrisa de niño. Imaginemos un mundo donde esas historias se repiten, donde las historias que me cuenta mi mamá de su infancia pasan todos los días. Imaginemos una situación donde tú preguntas en mi casa "¿todos los días es así?" y te contestamos con risas. Padrino de los tiempos, tengo fe en el mañana, en el que me anuncia que te veré y te escucharé tan feliz como siempre. Señor de voz profunda y risa de canto, nos veremos pronto.

domingo, 8 de marzo de 2020

Hoy desaparecí

Hoy desaparecí, pero pareciera que sólo era cuestión de tiempo.
Desaparecí como han estado desapareciendo mis hermanas.
A nosotras la violencia, el dolor y el peligro siempre nos han seguido, desde que nacimos mujeres.
Antes de irme, contaré mi historia: 

A mis 12 años fui víctima de abuso sexual y de pedofilia por parte de un hombre que yo conocía desde que tenía aproximadamente 9 años y en el que mi familia había puesto su confianza. Sólo fue un cariño, tal vez fue accidental. ¿Tal vez yo lo quería?, ¿tal vez yo lo provoqué?, ¿por qué nadie me ayudó? Me hice consciente de este abuso sexual en agosto del 2019 y la primera vez que lo dije en voz alta fue en noviembre del 2019. Hasta hoy, sólo lo sabían 4 personas y nadie de mi familia. 
A mis 17 años terminé con un tipo con el que estaba saliendo. Durante años no dejó de buscarme y acosarme, aunque lo haya bloqueado de todos lados. Mandó mensajes a mi familia y a mis amigas. Se creó nuevas cuentas para encontrarme. Hace poco me volvió a contactar. Si ves esto, déjame en paz. 
Durante la universidad fui acosada dos veces. Una vez por un estudiante que le divertía incomodarme. Otra por un psicólogo al que no le gustó un tweet que puse. 
En junio-julio terminé una relación abusiva de 3 años. Al inicio fue discreto: ¿por qué estabas hablando con mi amigo?, no me gusta que se te queden viendo. Al final fue enloquecedor: sé en lo que estás pensando, puedo leer tu mente, sé que estabas viendo a ese hombre, mis amigos y tú están planeando algo en mi contra. Me causaba ataques de pánico adrede y abusó sexualmente de mi. Me presionaba constantemente para tener relaciones, chantaje: ¿por qué no quieres? ya no me quieres. Un día me tocó mientras yo lloraba y le pedía que me parará. "No, no, no" era todo lo que se escuchaba; la semana después me empezó a amenazar "me gustó sentirte con miedo". Terminé la relación cuando revisó mi celular y me amenazó con dejarme sola en Xochimilco, pero fue hasta un mes después que me salí del ciclo del abuso. Sé que su ex novia amenazó con llamar a la policía cuando terminó con él. Hoy él tiene novia y deseo que ella no se convierta en otra víctima.
En febrero 2020, a una cuadra de llegar a mi casa un motociclista me gritó varias cosas. Yo sólo dije "imbécil". Después se estacionó del otro lado de la calle, con sus amigos, viéndome. ¿Corro a mi casa?, ¿corro por la calle?, ¿qué puedo hacer? 
TODA MI VIDA he escuchado historias de mujeres asesinadas, abusadas, acosadas. Toda mi vida he llorado por sus vidas, por la mía, por la sangre derramada. 

Desaparecí hoy, siendo una mujer llena de dolor, de miedo, de pánico al mundo. Desaparecí comparándome con otras mujeres, con el ideal de la belleza. Desaparecí incómoda con mi cuerpo abusado. Desparecí con inseguridades en mis nuevos vínculos provocados por mis traumas anteriores; pero...

También desaparecí indignada, con coraje y valentía, queriendo cambiar al mundo. Desparecí siendo sorora y amando a las demás mujeres, admirándolas, formando hermandad. Desaparecí estando en una nueva relación que me ha ayudado a enfrentarme con mis inseguridades y mis miedos constantes provocados por el abuso que viví. Desaparecí fuerte, mujer, feminista, demisexual, mexicana, hija, hermana, pareja, amiga.

Desparecí hoy hipotéticamente. Un día podría ser real. Por eso seguiré luchando, por la vida de mis hermanas y por la mía, para que ya no desaparezcamos, para que ya no nos violen, para que llegue un día en el que ya no tengamos que luchar.